Un aceite esencial es un líquido aromático, volátil que se encuentra en flores, raíces, arbustos, semillas,… Se obtienen a través de la destilación al vapor, de la presión en frío o con una sangría para recolectar la resina.
Son altamente concentrados y mucho más potentes que las hierbas secas. Se necesita mucho volumen de material vegetal para producir pequeñas cantidades de un aceite esencial destilado. Por ejemplo, para producir 1 kilo de aceite esencial de rosa, necesitaríamos 5000 kilos (lo que cabría en un camión) de pétalos de rosa.
No hay que confundir con los aceites vegetales, que provienen de la extracción de frutos oleaginosos como por ejemplo, el aceite de oliva, almendra, coco, el aceite, etc,…
Tienen una capacidad única para penetrar en las membranas de la célula y viajar a través de la sangre y los tejidos. Cuando los aplicamos tópicamente en la planta de los pies o en el tejido blando, los aceites esenciales pueden viajar a través del cuepro en cuestión de minutos.
Están compuestos por diferentes moléculas aromáticas, que són los principios activos y tienen varias propiedades terapéuticas. Estas propiedades pueden calmar problemas físicos como tos, dolor, o bien problemas emocionales, como ansiedad, estrés, cansancio mental, etc,…